Tras una larga noche, una semana extenuante y agotamiento total, lo logre. Media hora de sueño en la cabeza, tras una noche de rumba y una torticolis a causa del cabeceo constante en el avión, que a pesar de ir en Business, encuentro mas incómodos que nunca los asientos pues no logran sostener el peso ni acomodar mi cabezota trasnochada! Ya estoy en camino.
Creo que todo se vuelve real al divisar por la ventana del avión un paisaje aun desconocido. Esperando encontrar solo amarillos extensos y amplios desiertos, me sorprende un amplio manto de verdes punteado de color arena donde no se divisa vida alguna ni señales de civilización. Poco después un desierto adornado de dunas incontables de color negro que desde esa altura a pesar de no abarcar toda mi vista se extienden lo suficiente para sorprender en tamaño.
Hemos entrado en tierra Guajira.
Creo que hasta este momento no había interiorizado que esta es, la tierra que me espera, donde de acuerdo a lo imaginado, el cielo se une con el mar.
Aterrizamos en un pequeño aeropuerto que en tamaño no supera un gran supermercado y a donde personas de distintas oficios esperan ansiosos el único vuelo que llega cada día, siempre a la misma hora, siempre pintando el cielo de rojo y blanco.
Una ola de calor abruma y la ropa empieza a sentirse ya mas pesada y húmeda. He pisado Riohacha. Ahora si la ansiedad se apropia un poco de mi, y sin haber vuelta a atrás doy cada paso mas firme que el anterior.
Espero las maletas mientras curiosamente solo encuentro tres maleteros, que toman los tickets de 5 pasajeros al tiempo cada uno. Tras ver como pasan mis maletas por el carrusel al menos 6 veces frente a mi, y resignada a esperar ayuda pues pesan mas que una tonelada en mi concepto, veo como mi maletero después de llevar al menos a tres personas con sus maletas a sus taxis, se decide ante mi cara malgeniada a venir a recoger las mias.
Debo decir que fue bastante sugestivo el gesto de determinación de que si no venia ya por mi, así fuera en los hombros cargaría con las tres maletas y el back pack que llevaba con tal de no esperar mas! Eso sin hablar de mis pobres piecitos que tras dos noches de rumba y hoy montados 11 cms por encima de la población normal, me están matando.
Asi que con su tono muy coloquial me dice que tranquila que ya ahora POR FIN me toca a mi. POR FIN?? si fui la primera en entregar los tickets!! Arggg!!
Debo decir que fue bastante sugestivo el gesto de determinación de que si no venia ya por mi, así fuera en los hombros cargaría con las tres maletas y el back pack que llevaba con tal de no esperar mas! Eso sin hablar de mis pobres piecitos que tras dos noches de rumba y hoy montados 11 cms por encima de la población normal, me están matando.
Asi que con su tono muy coloquial me dice que tranquila que ya ahora POR FIN me toca a mi. POR FIN?? si fui la primera en entregar los tickets!! Arggg!!
Taxi compartido!? Parece ser normal compartir taxi con personas ajenas al llegar al aeropuerto, pero determinantemente digo que iré sola. De igual manera con mi poco o nada-liviano y voluminoso equipaje no creo que alguien mas cabria! Así que pagando un poquito mas, soy única dueña por un pequeño trayecto de un buen AC y un par de vallenatos que desconozco totalmente.
Calles llenas de pancartas de propaganda política, adornadas con distintos tonos de música en cada esquina que aturden pero entusiasman.
Un mar de color café oscuro con tonos lejanos de azul, pues sus orillas son bañadas por el rio Rancheria solo adornan el paisaje, pues hoy parece no ser día ni hora de playa, a pesar de que el calor solo invita a ello.
Llego al hotel finalmente, donde tan pronto entro al cuarto y logro acomodar mis 50kgs de equipaje en una esquinita, me reciben un par de almohadas que serian mi consuelo hasta el siguiente dia!
Esta es a capital de mi nuevo hogar.
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